Han sido unas vacaciones increíbles, hemos vistos unos paisajes, lugares y gente encantadores y nos vamos con una Grecia grabada muy distinta a la que pensábamos encontrar.
Hoy hemos estado en la playa de Paranga, por recomendación del hotel. Esta playa está justo al lado de la de ayer (Paradise) pero separadas por un acantilado. Es más bonita y bastante más tranquila (creo que Siria ahora mismo es más tranquilo). Tras comer (y qué comida), nos hemos dado un baño y nos hemos vuelto.
Así de cristalina está el agua en toda la isla.
El arroz estabaaaa...¡afuf!
... Y venga Mythos.
Los vinos de la casa (en este caso blanco) los sirven así y la verdad es que están realmente buenos.
Tras la última puesta de sol aquí en Mykonos, nos hemos ido al pueblo a darnos nuestro último paseo, las últimas fotos y la última cena...
La entrada a nuestra habitación. Al lado nuestra terraza.
Por ser el último día, nos hemos encontrado con el ilustre pelícano, famoso mundialmente.
Estaba un poco hasta las narices de la gente y escondió la cabeza.
La pequeña Venecia al fondo. Nos ha gustado mucho este sitio.
Los molinos antiguos que se usaban para moler trigo. Sólo quedan 5 en todo Mykonos reconvertidos en casas particulares (se dice que Madona tiene uno). Hay otros dos reconvertidos en museos.
Aunque el color predominante es el blanco y el azul, a veces ves maderas verdes e incluso rojas.
Autóctonos de la isla.
Tienda con mucho arte.
Nos falta una ciudad de aquí :)
En fin, que esto llega a su punto y seguido. Nos vemos mañana viernes si Dios quiere, menos a los míos que están la mayoría perdíos por esas tierras castellanas.
Gordo, acuérdate de comprarnos aceite. Una garrafita de 5 litros.
Suprimo surmano supoya.
Nuestra siguiente aventura AQUI