8 jun 2013

Viena día 3

Esta mañana la empezamos buscando el sitio donde supuestamente deberíamos de embarcar rumbo a Bratislava. El sitio en sí al final no lo hemos encontrado porque resulta que los atraques no aparecen por ningún lado. La crecida del Danubio ha sido tal, que igual han desaparecido.

Se ve el río bajar con muchísima fuerza y supongo que la navegación seguirá interrumpida. Se supone que a partir de mañana se ponen en contacto con la gente y nos contarán cuáles son las opciones, así que dependiendo de si nos emplazan al domingo o al martes aceptaremos o nos iremos de otra manera. 

Tras ésto, nos fuimos a visitar/desayunar al mercado de Naschmarkt, muy cerca de Karlsplatz. Allí nos hemos dado unas vueltecitas y tras ver los distintos puestos y restaurantes esta vez de día, hemos desayunado en una de las barracas. 


Uno de los muchos puestos de pescado y marisco que hay. 

Las mini piñas y los mini plátanos. 

Puesto de todo tipo de especias. Las habidas y por haber. 



Desde aquí nos hemos ido a la casa/museo de Freud. Íbamos con pocas expectativas ya que el famoso diván que dio lugar a "todo" y muchísimos de sus muebles se hayan en el museo de Londres, porque desde que se estableció allí huyendo de la enésima persecución antisemita sufrida por un judío (en este caso la nacionalsocialista de tito Adolfo) en mayo del 38 tras la anexión de Austria a Alemania, hasta su muerte en 1939 se trasladó con casi todos sus enseres, quedando muy poco aquí en Viena. Lo poco que quedó fue gracias a su hija Ana, que se ocupó de que la casa quedara tal cual la había usado su familia. 

Curioso lo del "impuesto de huida" que conllevó la tercera parte de su patrimonio declarado. 

La verdad es que ha estado muy bien, en contra de la opinión de muchísima gente en tripadvisor, porque unido al sitio en sí que fue su casa, queda mucha documentación gráfica de sus "momentos" y las audio-guías te explican y sitúan en la historia. Eso sí, una pena que el diván no esté. 

Eva, como es normal, disfrutó esta visita mucho. El padre del psicoanálisis recibiendo una visita de una "alumna" del método ;)


Como no podía ser de otra manera, dejamos nuestra huella. 

Objetos personales de Sigmund Salomon Freud. 


Sala de espera de sus pacientes. 

Visitando y curioseando en la sala de atención o de tratamiento. 

Sillón de su escritorio. 

El espejo que le regaló su hija Ana en donde se miraba y podía observar el deterioro continuo que sufrió por su cáncer de boca. 

Un amigo de Freud experimentó con soldados alemanes y observó y anotó en sus ensayos lo vigorosos y difícilmente fatigables que era los sujetos de estudio. A partir de ahí, a Freud le gustó tanto este ensayo y sus "efectos" que empezó una relación con esta sustancia. Vamos que además de fumar como un carretero, que fue lo que le mató, se metía coca.

A un amigo suyo, para desintoxicarlo de la heroína, le suministraba cocaína y se curó de la adicción, pero claro... XD


Dejamos a Freud y nos fuimos a comer a un restaurante cerquita. 

Muy buena comida y un precio muy razonable. 

Visita a la mítica cafetería Sacher, detrás de la Ópera a probar su famosa trata Sacher. 



Esa porción de tarta de chocolate, es la famosa tarta que data de 1832 aproximadamente. 



A continuación nos vamos a Stadtpark a visitar el parque y una de sus estatuas. Strauss. 



Estamos en el hotel y ahora nos vamos al supuestamente mejor restaurante de todo Viena según las opiniones de Tripadvisor. El restaurante Mini. 

Ya volvimos del Mini. Muy bueno, sobretodo el salmón con leche de coco y zanahorias. 


































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